lunes, 30 de julio de 2018

Mbappé, me he perdido

(Florentino y su confusión ante las idas y venidas con el fichaje de Mbappé. La música es del único antimadridista crack en la faz de la Tierra, Don Nacho Vegas. "Me he perdido")

Lo intenté por segunda vez.
Me enfundé en mi traje beige,
miré hacia el suelo y me santigüé.
Te encontré entre los festejos.

Sosteniendo la Copa Jules Rimet,
antes de volver al Peseyé y
creo que lo hacías con auténtica fe.
Zizou, que se fue, se encogía de hombros.

Y tú con tu gol,
ese gol y tu ebánica piel,
con el brío del desborde y el ego.
Con ese otro brío que imagino
en nuestro equipo.

Pasaste estos últimos inviernos
en una liga de medio pelo,
seducido por amor
de un jeque en demolición.
Me dices
"Ahora ya estás advertido,
no te fíes de papi, Florentino,
que te fue mintiendo. Yo, me he perdido".

Lo intenté varias veces más.
Quería ver lo que hay detrás
de tu imperturbabilidad
y abrir tu puerta de 43 candados.

Te adiviné en tu balcón
en París jugando con un balón,
pensando "¿es esto lo correcto o no?"
Así que hice chas, y aparecí a tu lado.

Lo sabes.
"Ahora ya estás advertido.
no le digas no a Florentino"
y yo, un poco te mentí,
con mi aura, experto cazador.

"¿Lo has visto?
Es el mundo derruido.
Cris el puto se ha ido muy jodido
¿y qué te iba diciendo yo?
Me he perdido".

Niégame si ya no te soy de utilidad,
niégame tras leer el mensaje,
pero entonces me enfadaré
para siempre, guaje.

"Lo he visto, en este mundo al negarse
lo más natural es odiarse"
Me dijiste, he de reconocer, con cierta convicción.

Y entonces, me precipité, chiquito,
comenzó el más viejo de los ritos.
Fuiste tú, fui yo,
el dinero y el cortejo de algo superior.

Y añadiste: "Si lo hacemos, Florentino,
pues hagámoslo como es debido."
"¿Y cómo es eso?" pregunté
y tú me dijiste: "Justamente, así, no".

Y paraste: "Me lo tengo prohibido".
y protesté empapado y más que aturdido,
y ahora sí que sí, que Flo,
se ha perdido.

Que ahora sí que sí, que sí
que sé que me he perdido.
Porque sólo es pensar en Kyl, y acabar perdido.
Porque sólo con pensar en Kyl, me pongo perdido.

miércoles, 18 de julio de 2018

La Segunda República (III)

En la anterior entrega habíamos dejado a un dolido Sanjurjo abrazando la vía conspirativa de Goded para derrocar al gobierno Azaña. El golpe, en agosto de 1932, tuvo éxito inicial en Sevilla, en gran parte debido a una Guardia Civil fiel a Sanjurjo. El general golpista se apoderó de los centros de telégrafos y teléfonos, declaró el estado de sitio y derogó todas las disposiciones relativas al orden público, poniendo éste bajo la jurisdicción castrense. Con la guarnición sublevada, Sanjurjo cometió el error de esperar en Sevilla los resultados de su intentona durante todo un día, hasta que, al saber que el golpe había fracasado en el resto de España, trató de huir a Portugal. Con tan poca fortuna que fue detenido en Huelva.

Mientras, el Gobierno había detenido en Madrid a los principales conspiradores, entre ellos a José Antonio Primo de Rivera y a Ramiro de Maeztu, deportando a Villa Cisneros a unas 140 personas implicadas en el golpe. En represalia contra los aristócratas que habían apoyado el golpe, se decretó la incautación de tierras de los grandes de España. Sanjurjo fue juzgado y condenado a muerte, pero inmediatamente indultado y recluido en el penal de El Dueso (cuando Lerroux llegó a la presidencia lo indultaría, y se exiliaría entonces en Lisboa para “organizar un movimiento nacional que salvase a España de la ruina y del deshonor”).

La rebelión de Sanjurjo puso abruptamente sobre la mesa de las Cortes la amenaza que los militares suponían para la República, acelerando la aprobación de algunas de las importantes leyes que estaban pendientes aún, sobre todo la reforma agraria y el Estatuto de Autonomía para Cataluña. En el primer caso, el estudio de la Comisión Técnica Agrícola había indicado que existían unos 2 millones de hectáreas de secano y 88.000 de regadío para expropiar (la lentitud del proceso, hostigado sin cesar por los terratenientes, llevó a la frustración de las grandes expectativas: a finales de 1934 sólo se habían expropiado 117.000 hectáreas y sólo se habían asentado 12.000 familias de las 200.000 que se habían previsto en el programa). En el segundo caso, el Estatuto se aprobó por las Cortes el 9 de septiembre, y el 20 de noviembre siguiente tuvieron lugar las elecciones al parlamento catalán, que ganó por mayoría Esquerra Republicana de Catalunya.

El año 1933 empezó con mal pie para el gobierno Azaña. Durante los primeros días de enero se desencadenó en Cádiz una oleada de violencia. El 11 de enero, un grupo de anarquistas quiso apoderarse del cuartel de la Guardia Civil en Casas Viejas, se produjo un tiroteo y murieron dos números. Desde Cádiz enviaron más guardias civiles y de Asalto, que procedieron a la detención de sospechosos y trataron de entrar en un chamizo en el que se encontraban, al parecer, algunos de los cabecillas, quienes dispararon y mataron a un guardia. Acto seguido empezó un tiroteo cruzado y la vivienda, que pertenecía a un carbonero septuagenario apodado “Seisdedos”, fue sitiada por la fuerza pública. Ante la resistencia armada de los campesinos, el director general de Seguridad, Arturo Menéndez envió a un capitán de Asalto, Manuel Rojas, con instrucciones de poner fin a la situación. Rojas ordenó incendiar la cabaña y disparar contra los que la abandonaban, matando a dos anarquistas cuando huían del fuego. Además, el capitán Rojas ordenó asesinar a sangre fría a doce de los anarquistas del pueblo que habían sido detenidos. En total, 22 campesinos y tres guardias perdieron la vida en la tragedia de Casas Viejas.

La derecha, que tantas veces había exigido mano dura, y que al principio vio con aprobación la acción de la fuerza pública, advirtió el potencial que aquellos hechos podían tener como arma política y se volcó, en el Congreso y en la calle, para acusar al jefe del Gobierno de obrar con extrema brutalidad. Rojas afirmó que había recibido órdenes expresas de matar a los revolucionarios y un capitán, Bartolomé Barba, manifestó que Azaña había dado órdenes personales de que los guardias disparasen “los tiros a la barriga”. Cuando Rojas confesó finalmente la verdad, fue juzgado y condenado a 21 años de prisión. Por su parte, Menéndez fue destituido de su cargo, pero la imagen de un Azaña con las manos manchadas de sangre quedó fijada para siempre en el imaginario de mucha gente.



Seguiremos más adelante en próximas entregas. La información, datos y textos están sacados de libros como La guerra civil española, de Anthony Beevor, Diarios completos, de Manuel Azaña, La República española y la Guerra Civil, de Gabriel Jackson, Los anarquistas de Casas Viejas, de Jerome R. Mintz.

lunes, 9 de julio de 2018

Luis Enrique, seleccionador

La vida, como decía Serrat, de vez en cuando nos besa en la boca y a colores se despliega como un atlas, dándonos sorpresas preciosas. Esto ha ocurrido esta mañana, con el nombramiento de Luis Enrique como nuevo seleccionador español. Aún me estoy carcajeando. Lo más poético que he visto en esa casa de Tócame Roque que responde al nombre de Real Federación Española de Fútbol.

Resulta que toda la prensa carga contra Lopetegui de manera unilateral, consiguiendo echar al entrenador (que no había hecho nada distinto a Van Gaal, Aragonés, Scariolo o tantos otros, recordemos) a dos días del debut en el Mundial. Objetivo conseguido, pero, como premio... ¡Les colocan en el puesto a Luis Enrique! El tipo que más odia a los periodistas desde Clemente. Jojojo, no me digáis que no es grandioso, y que los juntaletras (sálvese quien pueda, ya sabéis) no se lo merecen.

Estoy por hacerme soldado espartano de Lucho solo por tocar las narices a la gentuza del periodismo deportivo, qué queréis que os diga. Veremos qué sucede.

domingo, 1 de julio de 2018

El esperpento rubialesco tuvo verdugo ruso

El partido de hoy tiene muchas aristas que analizar. Podemos hablar del penoso rendimiento defensivo, del tema De Gea, de lo muerto que está Busquets, de la decadencia del excelso jugador perfecto de Arguineguín, de las ausencias constantes de Marco Ausencio, de la falta de profundidad, de la falta de socios de Isco, del CI como entrenador de Fernando Hierro, de lo tremendamente sobrevalorado que me parece Koke, de la lista incluso...

Podemos lamentarnos de la oportunidad perdida, habida cuenta de lo bien que se nos había puesto el cuadro. Aunque francamente, viendo lo que nos han hecho los rusos con cuatro mimbres y un palo (qué malos son, por Bob), suerte hemos tenido de que no nos cogiesen (en acepción sudamericana del verbo, también) por banda los Lukita boys.

Pero si algo me parece capital en todo este esperpento es el papel de Rubiales. Obviaré todos los precedentes vangalianos de seleccionadores que ya tenían claro que después del torneo entrenarían a un club, es que aunque no hubiese pasado antes en el mundo del fútbol: ¿a quién se le puede ocurrir que descabezar al líder es una buena idea? Máxime cuando los jugadores (el otro día Saúl, hoy Koke) han dicho por activa y por pasiva que su entrenador es Lopetegui. Solo puede tener lógica para cretinos ególatras como Don Paradoja (porque paradoja es apellidarse Rubiales y estar calvo) o para forofos.

El partido ha tenido poca miga porque el desarollo ya lo habíamos visto más o menos contra Irán o Marruecos. Ridículo de la selección en este torneo, y eso quedará para la historia. Aunque tampoco debiéramos preocuparnos en demasía. Al fin y al cabo, un Mundial no dejan de ser tres partidos de liguilla y otros cuatro más. Una competición menor en comparación con la regularidad de toda una señora liga, ¿no? Así que menos lloros y menos tristezas, jojojo.

Habrá que reírse de las cretineces, qué le vamos a hacer.