De cara a cara con el porvenir
qué meta puede hablar,
si no es la meta de vencer o morir.
En cada jornada un comité,
en cada empate, revolución,
un gol en contra, un mal partido,
equipo en crisis: revolución.
Desde las crisis crece mi Madrid,
se desarrolla y se proyecta así,
qué importa el reto, la respuesta es:
¿se gana el título? Muy bien,
pero ¿un empate?, revolución,
un gol en contra, un mal partido,
equipo en crisis: revolución.
Desde que el gol rompió la puerta,
y al enemigo su consuelo,
ya desde entonces la respuesta es:
si no nos salva el noventa y tres,
condenados a la revolución,
un gol en contra, un mal partido,
equipo en crisis: revolución.
Desde provincias a la capital,
el madridismo unido está,
un gol en contra, un mal partido,
y cadalso pide ya el Comité.